El 16 de marzo del 2020 nos empezó a cambiar la vida a todos, no importa en qué lugar del mundo estuvieras o en qué estatus social. Nuestras casas se convirtieron en el refugio más seguro y nosotros nos convertimos en profesores, chefs, amos de casa y administradores de labores domésticas. Nos cambió la vida y el mundo que conocíamos de un día para otro.
En un mínimo de días, los comedores de las casas se convirtieron en salones de clase y oficinas. La cocina en el centro de enseñanza constante y el epicentro del desorden y alimentación del batallón que llamamos familia. Básicamente, descubrimos que en la casa teníamos todo lo que necesitábamos y con la mejor compañía, la familia.
Los papás que trabajaban fuera de la casa, pudieron valorar lo que conlleva a mantener una casa limpia y organizada, y hasta lo que es realmente cuidar los hijos 24/7. Y los papás que se quedaban en casa, han empezado a ver lo que es manejar equipos de trabajo, crear grandes proyectos desde la casa y hasta han podido ver una ventanita de lo que se hace en una oficina vía Zoom o Skype. Y los niños, bueno, ellos sin saberlo, han sido los que mejor se han adaptado confiando en lo que sea hayamos elegido como adultos . Es increíble que, en medio de toda esta locura, son ellos quienes se convirtieron en el mejor ejemplo de adaptación y valentía.
Y aunque sabíamos que todo lo que he mencionado es positivo, no podíamos evitar extrañar las vidas que teníamos (El colegio, el trabajo, los paseos, las salidas al parque y lo más importante, poder abrazar a las personas que amamos por fuera de nuestra casa) y preocuparnos por las consecuencias que todo esto acarrearía a nuestra vida cuando regresáramos a la nueva normalidad y a si fue…
La vida ha cambiado mucho en todos los sentidos y también la manera de vivirla. Cambios que han afectado a nuestros hij@s, en su rendimiento escolar este año. Cambios que nos hace abrumarnos como padres y con ellos una gran pregunta ¿Cómo puedo manejarlo con los niños de la mejor manera?
La verdad, NO hay una respuesta mágica – me encantaría tenerla, créeme- y cada familia está desarrollando su estrategia para sobrellevar estos tiempos que ha revolucionado lo que conocíamos. Pero como dentro de toda crisis, siempre hay oportunidad de sacar un aprendizaje y enfocarnos en el trabajo positivo que podemos llevar a casa adaptándonos a cada dinámica.
Buscando opciones para transformar estos días donde la poca paciencia, la frustración y la ansiedad puede gobernar, es importante considerar la resiliencia como bastón en este caminar; por eso, quiero compartirles cinco consejos para que puedan llevarlos a casa y así, comenzar a transformar la vivencia diaria:
Todos estamos envueltos en una serie de cambios que no habíamos vivido antes. Nuestra rutina diaria se ha alterado, no tenemos el mismo contacto social de antes ni la misma actividad. Y aunque creas que tu hijo es muy pequeño, estos cambios le afectan no sólo a nivel emocional, sino también social y conducta. Haz consciente cuáles han sido los cambios más radicales para tu hijo y trata de mantener aquellos hábitos personales para que puedan brindarle una estructura sólida a pesar de los cambios.
Como en otros escenarios, abrir espacios para poder comunicar nuestros pensamientos, sentimientos y aclarar dudas; más que importante, es necesario. Los niños están escuchando y recibiendo constantemente información de su entorno: escucha tus conversaciones, ven los cambios, sienten las emociones presentes; pero pocas veces se les da un contexto por temor a asustarlos. La información va a permitirles saber qué es lo que realmente está ocurriendo y cómo afrontarlo junto a su familia, háblale y responde sus dudas, desde la seguridad que le brindas; y si hay temor, asúmelo y contenlo emocionalmente.
En estos momentos donde hay tantos cambios en el mismo instante, un punto fundamental para la salud mental en casa es saber identificar las luchas diarias según la prioridad y desde ese punto negociar para lograr la meta familiar. Sé que hay muchas batallas en el día a día que quieres afrontar, pero en estos momentos de contingencia emocional, pregúntate ¿Qué es prioridad para tu familia? y desde ahí, elabora un plan de acción.
Admitámoslo; nadie sabe lo que va a pasar en unos meses, tampoco cuándo se va a terminar la pandemia. Esa incertidumbre genera ansiedad, temor, nervios, rabia… cada quien tendrá una reacción según su edad y temperamento. Date el permiso de hacer consciente lo que tanto tú como tu familia están sintiendo y a través de la mirada de la vulnerabilidad busca herramientas psicoemocionales de la mano de profesionales para canalizar lo que están sintiendo.
Busca ayuda de profesionales especializados en dotar a tus hijos de herramientas para nivelar su rendimiento escolar y adquirir técnicas de estudio. Es necesario entender que los profesores no estaban preparados en ese entonces para dar clases online, y tuvieron que construir en cuestión de días una metodología nueva, no pudiendo darles bien el temario que necesitaban adquirir ese año y luego teniendo que dejar pasar de curso a los niños con unas carencias educativas muy grandes. Descubre como Gamue puede ayudarte donde colegios no pueden por la masificación de alumnos gracias a las clases de Rendimiento Escolar®
Recuerda que todos estamos juntos en esto, aprendiendo y dando lo mejor de sí;
Avanza día a día hasta que logres tus metas familiares.
Te paso un artículo muy interesante donde podrás ampliar la información; El rendimiento académico en tiempos de la Covid de la vanguardia.